Desahuciémosles

Reunión de pastores, oveja muerta, dice el refrán. Están reunidos representantes del PP y del PSOE para buscar soluciones; para, como dicen ellos, “paralizar los desahucios en casos de extrema desprotección”. ¿No os resulta paradójico que se reúnan estos dos partidos para buscar una solución a un problema social al que siempre han dado la espalda? Recordemos que hace muy poquitos meses, tanto PP como PSOE bloquearon toda iniciativa parlamentaria destinada a paliar esta tremenda injusticia. Nunca, never, jamais, decían.

La presión social, a la que son sordos, ciegos y mudos, no ha disminuido, por lo tanto, ¿qué ha cambiado ahora? Las ovejas muertas o, mejor dicho, suicidadas. Podríamos decir, incluso, asesinadas, al menos moralmente. Porque quien no ha querido controlar la sangría de los desahucios, otorgando a los bancos, los rescatados con el dinero de todos, el poder absoluto, quien no ha movido un dedo para controlar esta sangría, repetimos, es responsable moral de las muertes que se han producido y de los dramas familiares a los que asistimos día sí, día también.

Y claro, esto de que se te suiciden los ciudadanos por culpa del chiringo que le permites a la banca, no está bien visto en Bruselas. Y si, además, añadimos que una abogada del Tribunal de Justicia de la Unión Europeave ilegal la normativa española sobre los desahucios, apaga y vámonos.

Mari-ano no ha tenido más remedio que convocar a su otro lado de la moneda, Rubalcaba, para una reunión de perros con diferentes collares. Luego se sorprenden cuando gran parte de la ciudadanía hablamos de ellos como de un único partido, el PP$OE, al servicio de los bancos, para lo que ellos tengan a bien ordenar. Y encima, dentro de unos días, cuando estrenen la ley, esa que ellos no querían sacar, se colgarán la medalla de la idea propia, porque ellos son los garantes del estado del bienestar. Y lo dirán sin que se les caiga la cara de vergüenza.

Bienvenidos a Radio Tocata, un espacio desde el que deseamos que se paralicen todos los desahucios salvo uno: el de la mayor parte de los que okupan el Congreso.

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